Tolkien (II): La película de bajo presupuesto más cara de la historia

Hoy día estamos saturados de franquicias sobrexplotadas. Tenemos Crepúsculo, Harry Potter, Los Juegos del Hambre, Piratas del Caribe, Ice Age, Madagascar... La lista puede ser más larga si uno se pone a escarbar. Unas se inclinan descaradamente por el amasamiento de fortunas (dividir en dos películas libros que no dan ni para una...), otras respetan más a sus fans pero siempre con las finanzas debajo del brazo y unas pocas, como el caso que nos ocupa, consigue transcender el mero negocio, tengamos presente que siempre lo es, para ser algo más. Porque, aunque haya quien le pese, El señor de los Anillos de Peter Jackson es lo que ni siquiera George Lucas consiguió con su Galaxia: la conjugación perfecta entre obra de autor y puro marketing. Sólo hay que tener en la estantería las ediciones extendidas de estas películas para darse cuenta de que son algo más que una simple sobre explotación de un producto. Esta trilogía es una obra cuidada hasta el más pequeño detalle. Recomiendo ver el material extra de estas películas, tienen un nivel de profundización en la producción de los filmes que raya lo enfermizo y se descubren infinidad de anécdotas y secretos que en muchas ocasiones dejan con la boca abierta. De esta manera descubrí a Peter Jackson describiendo su rodaje como: la película de bajo presupuesto más cara de la historia. 

 

Pero, ¿cómo empezó todo? Parece ser que después de terminar The Frighteners, gran película de fantasmas con Michael J. Fox de protagonista, Peter Jackson tenía en su poder un equipo de desarrollo técnico (Weta Digital) que no sabía en qué emplear y entonces surge la loca idea de llevar a la gran pantalla nada menos que El Señor de los Anillos. Dicho así parece muy sencillo, pero aquí comienza una búsqueda de derechos, de negociaciones, un complejo juego que no llego a entender. De alguna manera, NewLine Cinema poseedora de los derechos por aquel entonces de El Señor de los Anillos decide apostar por un director semidesconocido para llevar adelante una superproducción "imposible" de adaptar. 


¿Y qué hace Peter Jackson? Pues, en mi opinión, lo más inteligente que se puede hacer en estos casos: se rodeó de buenos artistas conocedores de la obra de Tolkien que sabes que simplemente por amor a ella no van a dar el cien por cien sino el doscientos por cien. Contacta con John Howe y Alan Lee, ya conocidos y reconocidos mundialmente por los fans por todas esas bellísimas ilustraciones que acompañan a los libros, para que lleven a la gran pantalla sus bocetos. El imaginario colectivo partía de las ilustraciones de estos dos señores así que Peter Jackson decide partir de ellos para crear algo nuevo pero al mismo tiempo familiar. Jugada inteligente a la par que obvia. Aparte desarrolla una industria cinematográfica cerrada en Nueva Zelanda, es decir, toda la producción sería llevada a cabo en suelo Neozelandés. 

 

Una vez apuntalados los cimientos se lanza a programar un rodaje mastodóntico sin precedentes: decide rodar las tres películas de una sola vez (a excepción de unos meses de rodaje extra a posteriori previamente programados para mejorar escenas) durante un año y medio, y se rodea de grandes actores dispuestos a enfrentarse a esa loca aventura. Elijah Wood, Ian Mckellen, Ian Holm, Hugo Weaving, Viggo Mortensen, Cate Blanchet, Sean Bean... La lista es muy larga. Todos ellos se enfrentaron en mayor y menor medida a sesiones maratonianas de maquillaje, sobre todo John Rhys-Davies, que incluía orejas puntiagudas y pies peludos postizos.

 

Técnicamente las películas abarcan desde los trucos de efectos especiales más artesanales (maquetas, prótesis, distancias entre actores trucadas para enfatizar diferencias de tamaño) hasta los más avanzados (efectos digitales, capturas de movimiento). La trilogía de los anillos puede enorgullecerse de ser un punto de inflexión en el mundo de los efectos digitales al igual que lo fue Parque Jurásico al mostrarnos dinosaurios digitales convincentes. Quizás no tuvieran tanta notoriedad para el público pero la industria supo premiarlo con Oscars y otros premios a nivel técnico. La saga creo técnicas revolucionarias como el programa de clonación de multitudes MASSIVE, software que toma un modelo y lo clona cientos de veces variando sus características y patrones de conducta, de forma que puedes crear un ejército de orcos y ver cómo unos son valientes y se lanzan al ataque y otros, cobardes, huyen despavoridos. Es gracioso ver en los extras de los dvds cómo se producían situaciones cómicas que luego los animadores tenían que corregir. 

 

 

Otro software premiado fue Real Flow, programa de simulación de líquidos patentado por los españoles de Next Limit. Éste ya existía y se usó en pelis como Lost in Space y Minority Report, pero fue con El retorno del rey cuando adquirió notoriedad.


Y, bueno, ¿qué decir de Gollum que no se haya dicho ya? Sin esta creación seguramente  el Avatar de James Cameron aún seguiría en el limbo. Peter Jackson tuvo la suerte de confiar semejante reto a Andy Serkis, actor que, aparte de SER Gollum, durante el rodaje se enamoró de la captura de movimiento y desde entonces sigue explorando sus posibilidades, de hecho recientemente ha creado una escuela de interpretación centrada en esta técnica en Londres, The Imaginarium Studios, y según parece va a adaptar Rebelión en la granja de George Orwell. Pero centrándonos en Gollum, ciertamente hubo muchísima presión sobre cómo se iba a enfocar este personaje. Gollum se descubre ante nosotros por vez primera en la segunda parte de la trilogía, pero ya en la primera lo  podíamos ver muy brevemente y, prestando atención, notamos que el diseño difiere del de la segunda. ¿Por qué?, pues porque durante el tiempo que transcurrió entre el estreno de La comunidad del Anillo y de Las dos Torres descubrieron que añadiéndole los rasgos de Serkis al personaje éste ganaba en todos los sentidos. Rediseñaron a Gollum en el último minuto. Esto da una idea de lo complejo que fue sacar adelante esta criatura. Ni que decir tiene que en mi humilde opinión la academia de los Oscars se equivocó al ignorar a Serkis-Gollum, pero de eso ya hace mucho tiempo y Serkis se ha ganado el respeto de la industria como pocos actores han sido capaces.  

 

 

Veo que me estoy enredando y contar todo lo que supuso a nivel técnico El señor de los anillos es algo imposible solo realizable en los números extras que acompañan a las pelis en sus ediciones extendidas (reitero: visionadlos, son tan buenos como las películas). Pero antes de despedirme me gustaría reflexionar sobre lo que podremos encontrar próximamente en El hobbit. Sin duda, y por lo que se vislumbra en los diarios de producción que Peter Jackson nos ha ido regalando poco a poco, veremos como mínimo calidad. No creo que sea una revolución sino una evolución, es decir, de todo más y mejor, en 3D y a 48 fotogramas por segundo... Por cierto, esto último de los 48 fps, me parece que ha creado demasiada polémica inútil. El cine tal y como lo conocemos siempre se ha rodado a 24 fps, cierto, pero es que también se ha hecho a 48 fps alguna que otra vez para determinados efectos como puede ser la cámara lenta. No es algo nuevo. Y teniendo en cuenta que a la hora de la verdad podremos ver las películas como queramos porque tanto los cines como los televisores no darán la opción de elegir, entraremos en terreno de los gustos y aquí habrá de todos los colores. Técnicamente lo único que le ha supuesto a Peter Jackson es pagar más por cámaras un poco más caras, pero a mí como consumidor con algo de conocimiento de esto (pienso yo) no me van a vender la moto de que el verlo a 48 fps es algo revolucionario. Yo la veré a 24 fps y en un gran NO-3D, es decir, el normal de toda la vida... Y sé que disfrutaré.

 

 

Continuará...


Drender

drender.render@gmail.com

 

Entradas anteriores de la serie:

Tolkien (I): Historia de una ida y una vuelta

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Comentarios: 3
  • #1

    El Advenedizo (martes, 27 noviembre 2012 08:57)

    Genial. Qué te vamos a decir ya, que se nota lo que controlas de lo tuyo y como disfrutas con ello y por eso lo transmites al escribirlo. Un Goya para Drender The Render YA!

    Y tengo una pregunta... ¿qué opinas de la versión de Bakshi? ¿Y de las que nunca se hicieron, como la que proyectó John Boorman -que acabó dirigiendo otra P.O.M.: Excálibur, que sé que nos has visto pero lo ibas a flipar, y el Capitán Flint Baker también-?

    (He leído una rilada sobre que Kubrick quiso hacer una versión en los 60 con los Beatles como protagonistas que hasta recoge la Wikipedia, pero no me la creo).

  • #2

    Drender (martes, 27 noviembre 2012 17:43)

    Gracias, gracias. Yo también había oído hablar de "eso" de Kubrick, pero poco más. Menos mal que no fue a buen puerto. De la de Bakshi no tengo queja aparte de ese Aragorn indio y que se acabara bruscamente tras la batalla del Abismo de Helm. Tiene sus cosillas, buenas y malas. De hecho creo que Peter Jackson la tuvo muy presente en La comunidad del anillo, ambas tienen cierto estilo parecido. La técnica de la rotoscopia (la de grabar actores y luego colorear encima) cantaba en algunos planos, pero creo que aún así le da cierto encanto. Resumiendo: me gusto.
    Veremos Excalibur y lo de el Goya... Me conformo con que se lo lleve El mundo es nuestro :)

  • #3

    Juicers Reviews (martes, 16 abril 2013 01:29)

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