De Arthur Conan Doyle a Michael Crichton.

Hace unos días me encontraba paseando por los pasillos de la Casa del Libro de la Gran Vía cuando descubrí que me faltaba algo. Ese algo me sorprendió y me entristeció. Me sorprendió el hecho de estar buscando entre las novedades editoriales la nueva novela de Michael Crichton y darme cuenta de que ¡oh!, murió hace ya cuatro años y yo sigo pendiente de sí ha salido algo nuevo de él... Eso me entristeció mucho. Es cierto que desde su fallecimiento han salido algunas novelas suyas a título póstumo revisadas por otro autor, pero no es lo mismo. Además, algo me dice que este goteo se acabó.

 

Como autor de best-sellers podría decirse que se adapta al molde del típico autor famoso que encadena éxito tras éxito y con una estrecha relación con Hollywood. Un gran éxito profesional pero una vida privada algo errática. No en vano se divorció cuatro veces y sólo tuvo una hija. Uno de sus personajes, el excéntrico matemático Ian Malcolm de Jurassic Park parece ser un guiño a sí mismo. "Siempre en busca de una ex-señora Malcolm", este personaje se le parece tanto físicamente como ideológicamente. Siempre con tendencia a la rebeldía. Otro personaje de ficción que se le parece es Richard Castle (de la serie del mismo nombre, Castle): éxito literario, ligón y adaptado en Hollywood. 

 

Pero sus pasos en Hollywood no se limitaron únicamente a ver cómo adaptaban sus novelas manos ajenas. En muchos de los casos se involucró como guionista, como el citado caso de Jurassic Park de Spielberg, en el que adaptó su propia novela y obtuvo varios premios, incluyendo el Oscar (pero no por guión, sino por Mejor Desarrollo Técnico). También se atrevió con la dirección y tiene en su haber seis títulos entre los que destacan El gran robo del tren (1979) con Sean Connery como protagonista y Westworld (1973), que curiosamente es la primera película de la historia en usar efectos especiales generados por ordenador.

 

¿Y qué tienen en común Arthur Conan Doyle y Crichton? Pues parece ser que más de lo imaginado a simple vista. Aparte de que Crichton afirmara más de una vez que Conan Doyle era una de sus mayores influencias, ambos fueron médicos que mutaron en escritores, que se nutrían de la ciencia y lo paranormal, y ambos escribieron sobre dinosaurios (Conan Doyle escribió El mundo perdido y Crichton le homenajeo en su segunda parte de Jurassic Park, del mismo título). Ahora bien, Crichton fue bastante más allá en su aspecto científico. Todas sus novelas se han caracterizado por una concienzuda investigación científica que luego es utilizada en una obra de ficción, esa investigación solo sirve de base para el argumento pero a partir de aquí el autor se toma licencias creativas. Pero en 2004 tocó un tema muy delicado, el del cambio climático, en su novela Estado de miedo. Aquí varió su tendencia y avisaba de que era una novela en la que todos sus personajes y localizaciones eran ficticias pero sus datos en los pies de página eran todos correctos y verdaderos.

 

Es un cambio sutil que se entiende al saber la postura de Crichton sobre el cambio climático. Él se mostraba escéptico ante las afirmaciones sobre el cambio climático y el calentamiento global, y así lo hacía ver en conferencias a las que comenzó a asistir a raíz de la publicación de su libro y las críticas hacia éste. Defendía, básicamente, que el consenso de la comunidad científica en favor de la teoría del cambio climático era cuanto menos absurdo porque no podemos evaluar ni predecir cómo será el futuro. Y opinaba que la ciencia comenzaba a estar demasiado politizada y atacaba a la prensa por su opinión desinformada y su sensacionalismo. Todo esto revelaba su activismo escéptico cada vez más evidente con cada novela que escribía. Con esta postura, radicalmente opuesta a la de la opinión pública, enturbio su fama y credibilidad durante sus últimos años, a pesar de advertir una y otra vez que sus datos científicos son contrastados y veraces. Parece que vivía su propio tecno-thriller luchando contra lo que él consideraba una desinformación de la opinión pública.

 

Personalmente opino que se le ha desacreditado injustamente. Cierto es que no se debe creer los datos que nos proporciona al pie de la letra pues, como él mismo indica, la mayoría son teorías. Un ejemplo: después de Jurassic Park, muchos creían que era posible clonar dinosaurios a partir de ADN rescatado de mosquitos fosilizados (yo deseaba que así fuera), pero lo cierto es que el hecho de rescatar ese ADN no es tan fácil como en la novela. El mismo Crichton afirmaba que es una teoría. Ahora bien, a no ser que se me demuestre que algo es tan cierto como que dos más dos son cuatro, no creo que se deba creer al cien por cien una teoría como la del cambio climático de la misma forma que no debo creer que es posible devolver a la vida a un dinosaurio. Los datos científicos apoyan ambas teorías, pero son sólo teorías. No quiero decir que el calentamiento global sea falso, mi intención es sólo centrarme en defender a Crichton en el sentido de que sus teorías pueden ser tan válidas como las de cualquier otro. Salvando las distancias, recordad a Galileo...

 

Bueno, teorías aparte, mi intención con esta entrada es la de recordarle como fue para mí: una fuente de ideas increíbles, ciencia y diversión. Supongo que seguiré buscando entre las estanterías de las novedades su nuevo libro siempre que vaya a una librería, aunque no lo vaya a encontrar. No se me ocurre mejor homenaje para este autor que tantos buenos ratos me ha dado.

 

Continuará...

Drender

drender.render@gmail.com

 

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Comentarios: 2
  • #1

    El Advenedizo (miércoles, 17 octubre 2012 12:02)

    A ver, pregunto, ¿es necesario que una novela de ciencia-ficción sea científicamente sostenible, y no sólo narrativamente? Entiendo que Crichton se introdujo él sólo en el debate porque intentó dotarlas de verosimilitud (sin renunciar a la fantasía), pero también que parte del problema que mencionas es que se confundió "escéptico con el cambio climático" a "opuesto a la lucha contra el cambio climático".

    Volviendo a la verosimilitud científica, Crichton es posterior a que la ciencia-ficción alcanzase la madurez (de hecho, el pasa a la madurez en paralelo a la new wave y el cyberpunk), Conan Doyle gozaba a unos lectores con una suspensión de la incredulidad mucho más pronunciada, pero los dos utilizaban una 'enunciación de la verosimilitud' muy pronunciada, es decir, utilizaban técnicas del realismo y la novela de suspense (que se basa en un mundo posible lo más realista posible) para la aventura, la fantasía o la ciencia-ficción. Si los comparamos con autor de ciencia-ficción puros y duros como Arthur C. Clarke, la cosa cambia: Clarke reformulaba cada novela con cada descubrimiento nuevo, y hay cambios significativos entre las cuatro partes de 'Una Odisea en el Espacio' -2001, 2010, 2061 y 3001- porque entre una y otra se hicieron nuevos descubrimientos, pero

    Un autor paralelo a Crichton en muchos sentidos y que te he recomendado más de una vez es JG Ballard, muerto hace tres añitos. Ballard desarrolla su carrera en paralelo a la de Crichton, aunque es un poco más mayor y más dado a la ciencia-ficción pura y dura, pero los dos tratan los mismos temas y han sido adaptados en multitud de ocasiones. En realidad, Ballard es mucho más intelectual de manera consciente y Crichton asume rápido su condición de 'literatura de aeropuerto', aunque sus propuestas de fondo sean más densas de los habitual en ese tipo de libros. Pero se puede considerar que la obsesión evidente de los dos es retratar la actualidad de una manera o de otra, y son dos de los mejores novelistas POP! en retratar el subconsciente colectivo de la segunda mitad del siglo XX.

    En realidad lo que voy a hacer es proponerte dos posibles continuaciones para este artículo: 1) Lees a Michael Crichton y no te das cuenta (algo tan sencillo como meterse en wikipedia sirve para repasar cuantas películas basadas en sus libros visto leido sin saberlo, lectores chiquilicuatres). 2) Crichton y la realidad espectacularizada (¡Sí! ¡El fenómeno del 'best-seller tipo' que nace en los 70 es el preludio del hiperrealismo cinematográfico!). No hay más que repasar década por década: sci-fi hard y soft, guerra nuclear, manipulación genética, acoso sexual, los 'dragones' asiáticos que supuestamente iban a comerse a EEUU como potencias económicas... Igual que Conan Doyle, recuperando tu paralelismo, Crichton refleja los miedos de su propia sociedad imperial...

  • #2

    Eldan (miércoles, 17 octubre 2012 13:02)

    Quedé maravillado con el universo de Parque Jurásico porque los dinosaurios siempre me fascinaron y esta obra me permitió soñar, aunque fuera brevemente, con verlos algún día en la realidad. No obstante, viendo que las averías en Parque Jurásico provocan que las atracciones se coman a los visitantes, casi mejor que todo quede en su mundo de ficción :P

    Sin duda, profesionales de la ciencia como Conan Doyle o Michael Crichton han hecho mucho por el mundo de la ficción.

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